martes, 22 de febrero de 2011

Inteligencia Artificial



Ficha técnica:


DirectorSteven Spielberg
Año: 2001
Duración: 146 min.
RepartoHaley Joel Osment, Frances O'Connor, Sam Robards, Jake Thomas, Jude Law, William Hurt.

Argumento
Un nuevo modelo de robot con forma de niño, se crea buscando el de sustituir a los niños, ya que en el futuro ficticio que plantea la película, por problemas como la superpoblación, se restringe el número de hijos. El robot protagonista de la película es el primer prototipo de esta nueva generación de máquinas, y debido a esta condición es continuamente dado de lado, ya que no comprenden que un robot pueda tener sentimientos humanos. Conoce otro androide, y lo ayuda a cumplir su sueño ver al hada azul para que lo haga un niño de verdad. Al momento de encontrar al hada, el androide es atrapado por los policías (quienes desean destruir los androides) y deja que él busque al hada azul con su oso Teddy, quien también era un robot, aunque más antiguo. En su búsqueda llega a Manhattan, que esta totalmente sumergida en el agua, tras intentar suicidarse. Reconoce al hada azul como el hada de Pinocho sumergida en Coney Island, y se congelo durante dos mil años. Una raza extraterrestre los encuentran y le hacen creer que sí existe el hada azul. Y le pide lo que más quería: ser un niño de verdad. Pero le dicen que no pueden, y entonces le dice que reviva a su madre, y tenía que tener algo de ella (un cabello o una uña) por lo cual Teddy le dice guardaba el mechón que le cortaron. Sin embargo uno de esa raza se le presenta y le dice que no la podrán revivir por siempre, sólo por un día, y él entiende no importa y no hay nada que quiera más. El día lo pasa con ella y al momento de dormir se queda con su madre y también dormido, aunque los robos en teoría no podían, ratificando así que él si tenía sentimientos, tomando su mano.

 La inteligencia artificial es un elemento esencial en esta película. Su título ya adelanta y nos dice cual va a ser el elemento predominante: la “Inteligencia Artificial”.







Se trata de una película en la que priman elementos muy avanzados, de un futuro. Esto hace que muchos de esos elementos no sean cotidianos hoy en día. A día de hoy, de esos elementos que aparecen en el film, el sistema de navegación que emplean en los coches sería el único que se podría implementar en la actualidad, de hecho gran parte de los coches que hay hoy en día llevan este tipo de sistemas.

Sin embargo, son muchos más los elementos que tienen que ver con la inteligencia artificial que a día de hoy no se podrían conseguir. Entre estos se pueden mencionar los cerebros artificiales o el oso de peluche que habla y responde a preguntas como si de un humano se tratase. Por otra parte destaca que los robots que aparecen en la película son capaces de crear sus propios deseos e ilusiones, algo imposible hoy en día, así como los robots que aparecen al final de la película que son capaces de transmitirse gran cantidad de información y datos solo con tocarse. Tampoco es posible hoy en día que los robots tengan sus propios sentimientos como cuando David siente ira al ver a su “clon”. Un aspecto muy curioso que aparece en el film y que tampoco es posible hoy en día en que los robots sean conscientes de sí mismos, es decir, que los propios robots sepan que son robots.


Además de los elementos relacionados con la inteligencia artificial, hay otra serie de elementos tecnológicos que no son cotidianos hoy en día. Por ejemplo, el helicóptero que también es submarino (llamado en la película “amfibicóptero”), robots que se puedan sumergir en el agua sin estropearse, y la alta duración de la baterías de los robots (parece que nunca se terminan). Además los rostros de los robots tienen una altísima semejanza con la de los humanos, fruto de una tecnología muy avanzada que permita la creación de rostros “casi reales”. También la capacidad de “evocar momentos del pasado que se almacenan y recrearlos en el espacio-tiempo”.


Por otra parte, en la película se plantea que para que un robot comience a funcionar se le han de introducir unas claves para su configuración. Una vez introducidas estas claves el robot no se puede volver a configurar. Se echa de menos por tanto la capacidad de reconfigurar un robot una vez introducidas sus claves, ¿quién dice que no interese que el robot tenga otra configuración en otro momento? Así mismo, sorprende que en una sociedad tan avanzada como la que aparece reflejada en la película, los contratos se realicen en papel…


La sociedad en la que transcurre la película, es una sociedad del futuro, probablemente un futuro algo lejano, sonde los robots son tratados como personas, con los mismos derechos. Estos robots nunca mueren (por el mero echo de ser robots), el “niño” vive más de dos mil años.


Por otra parte, al principio de la película una chica pregunta que si ya que los robots pueden querer y tienen sentimientos, una persona podría corresponder a un robot. Esto aparentemente podría chocar, ¿cómo una persona va a corresponder un robot? Pero si se tiene en cuenta que los robots son capaces de tener sus propios sentimientos ¿por qué no podría ser?

Además, en la película se puede ver como hay un grupo de personas que sienten aversión hacia los robots que ya no son útiles (aunque tampoco les gusten los otros). Estas personas están en contra de los robots y ese tipo de tecnologías. ¿Se consideraría esto asesinato de robots? Si tienen en principio los mismos derechos que las personas, y son capaces de tener sentimientos, estas personas que sienten aversión hacia los robots ¿estaría cometiendo un crimen al destruirlos?


Finalmente, es interesante decir que a lo largo del film una de las ideas que se defienden son los “niños-robots”, robots que sustituyen a los niños. ¿Cuándo una persona deja de ser un niño? ¿en qué momento? ¿qué configuración debería tener un robot para que se le considerase como un niño? Según se plantea en la película estos robots no podrían aprender por si solos, no podrían madurar; tendrían que permanecer con los mismos conocimientos sin un desarrollo personal, tanto físico como psíquico.








miércoles, 16 de febrero de 2011

Wall·e


Duración: 98 min.
Director: Andrew Stanton
Guión: Andrew Stanton, Pete Docter, Jim Reardon
Sinopsis:
Wall-e es el último de los robots (Waste Allocation Load Lifter - Earth class) que fueron enviados a la Tierra con el fin de limpiar la gran cantidad de basura acumulada durante años mientras la población mundial espera en lujosas naves espaciales perdidas en el espacio la oportunidad para volver a su hogar. Su sencilla y prolongada vida se complica cuando encuentra una pequeña planta en la superficie terrestre y otro robot, Eve, viene en su busca para llevársela e informar a la población del Axiom de que pueden volver a la Tierra.

La presencia de la inteligencia artificial en la película es constante y masiva: miles de robots se encargan de hacer la vida humana más cómoda a bordo del Axiom mientras que otros intentan limpiar la Tierra para conseguir que vuelva a ser habitable algún día. Estos últimos son robots menos modernos ya que la limpieza del planeta con el fin de volver a hacerlo habitable es una cuestión totalmente utópica en el contexto del film. Sin embargo, con Wall-e vemos que sus retrasos tecnlógicos no suponen ningún impedimento para los ‘sentimientos’. La mayoría de los robots cumplen funciones que la inteligencia artificial actual puede realizar: andar, recoger y llevar objetos, limpiar… Sólo encontramos dos claras excepciones que, a diferencia de los demás, tienen emociones y sentimientos y saben cómo demostrarlos: Wall-e y Eve. En un principio Eve parece realizar trabajos mecánicos de destrucción sin ningún tipo de sentimiento. A pesar de ello gracias a la insistencia de Wall-e descubre que es capaz de ‘sentir’ más allá de su mecanización. Estos sentimientos los comienza a descubrir tras reconocer repetidas veces la presencia de un mismo robot, Wall-e.

 Como en películas anteriores ya visionadas, esto no lo ha conseguido la tecnología actual, al menos no de forma tan avanzada como se muestra en Wall-e. Estos dos robots tienen conciencia y además son capaces de enamorarse, mostrando sentimientos como cariño, temor o amistad. Esto logra que nos sintamos más identificados con ellos al ver la película, se parecen a nosotros, actúan como nosotros. Es ahí donde radica el interés de la película. Se trata el tema de dos robots con sentimientos dentro de un mundo que carece de tal cosa. En el fondo son unos incomprendidos sociales. Aunque el robot común no sea capaz de ‘sentir’ lo que sienten Wall-e y Eve, si que están programados para actuar de forma ‘racional’ hasta cierto punto. Esto lo podemos observar con el personaje de ‘Timón’ que tiene muy claro que es lo mejor para la humanidad. Quizás este raciocinio sea producto de una previa programación. En cualquier caso también la podemos considerar inteligencia artificial.

El resto de elementos tecnológicos pueden resolverse hoy en día, como por ejemplo el piloto automático de la nave Axiom, los sistemas de movimiento que utiliza la nave para los desplazamientos de personas y robots, las pantallas-hologramas que hay por toda la nave… Sin embargo, si bien toda esta tecnología existe hoy en día, no es tan avanzada como la que vemos en la película. Incluso algunas de ellas, como los hologramas, y todas las comodidades que ofrece la nave no son cotidianas ni podemos pensar en ellas, de momento, como una ayuda más en nuestra rutina diaria. Quiza sea debido a que, aunque poseamos dicha tecnología, su inserción en la vida diaria supondría unos costes que pocas personas podrían permitirse.

Una característica muy útil y necesaria de los robots de la película es la opción que poseen de un apagado automático, es decir, el hecho de tener un botón de apagado. Esta característica se echó en falta en otras como Yo, robot, donde no había forma de apagar a los robots y frenar la revolución. A pesar de tener un botón de apagado automático, encontramos ciertas similitudes con los robots de Yo, robot ya que el ‘timón’ no obedece a la orden de apagado al capitán e incluso lo llega a encerrar en contra de su voluntad.
La película plantea el gran problema que supondría permitir que las máquinas nos “ayudasen demasiado”, haciendo nuestra vida demasiado cómoda, llegando al extremo de no movernos apenas, como ocurre en la película. También critica nuestra actitud con el medio ambiente, mostrando un futuro en el cual la vida en la Tierra no sería posible.



jueves, 10 de febrero de 2011

Juegos de Guerra


Año: 1983
Duración: 114 min.
Director: John Badham
Guión: Jeff Walon Green, Lawrence Lasker, Walter F. Parkes
Reparto: Matthew Broderick, Ally Sheedy, Dabney Coleman, John Wood, Barry Corbin, Dennis Lipscomb.

Sinopsis:
David es un joven que usa con destreza los ordenadores, y que utiliza sus conocimientos para conseguir los últimos juegos entrando en los sistemas de sus fabricantes. Un día, jugando con su máquina, David entra en contacto con Joshua, la computadora del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, y decide jugar a la guerra. 


El chico cree que es un juego de simulación más pero, sin darse cuenta, desafía a Joshua a un escalofriante juego de guerra termonuclear mundial. Entre las dos máquinas planean desplegar todas las estrategias y opciones para una Tercera Guerra Mundial. Esta situación desencadena en una crisis nuclear que sólo el protagonista y el profesor Falken podrán evitar.
La película Juegos de Guerra  nos sitúa en un período en el que la tecnología informática empezaba a experimentar sus primeros avances.
Actualmente nos resulta incluso ridículo el desfase tecnológico que presenta el film. Prácticamente todos los elementos  relacionados con la inteligencia artificial que aparecen en la película se pueden resolver con la tecnología actual, como, por ejemplo, el lanzamiento automático de misiles, que es el cometido principal que se le asigna al sistema W.O.P.R. (War Operation Plan Response), el ordenador central del NORAD (Comando Norteamericano de Defensa Aeroespacial.

Cabe decir que, de todo lo que puede hacer el sistema W.O.P.R.,  el único elemento que se puede considerar como inteligencia artificial es la capacidad de aprender a partir de sus propios errores.
En cuanto a las características del software que serían deseables en el contexto de la película, destacamos la falta de seguridad que presentan los sistemas informáticos de una institución, como es el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, que debería tener una máxima seguridad, ya que el protagonista, un simple adolescente, es capaz de adentrarse en el corazón del  Sistema.  Aunque cabe decir que en el protagonista vemos un antecedente de los actuales hackers.
También es destacable la ínfima seguridad del perímetro en el que se encuentra el núcleo de esta institución (recordemos la escena en la que los protagonistas echan abajo la valla que rodea las instalaciones y ningún tipo de sistema avisa de esta incursión).
Una  de las características de las que el sistema W.O.P.R. carece, y que sería especialmente necesaria en el contexto del  film, es la capacidad de ser desconectado cuando sea necesario, es decir, se debería poder revocar una orden.
Por otro lado, vemos que Joshua (W.O.P.R.) es un sistema muy poco avanzado, ya que, como sistema inteligente, sería deseable que pudiera diferenciar entre juego y realidad; aunque bien es verdad que en el contexto del film, principios de los 80,  ese tipo de tecnología constituiría un anacronismo, pues la película pretende ser realista.

Por último, un aspecto a analizar son las cuestiones morales que plantea la película. Se debe tener en cuenta que las máquinas no son conscientes del daño material o humano que pueden causar con sus acciones, actúan basándose únicamente en la lógica, por lo que debemos plantearnos si es correcto dejar el control de armas, como es el caso de los misiles en la película, en manos de una máquina.
Además, la película hace alusión a las guerras reales, especialmente a la Guerra Fría, que aún se estaba desarrollando durante la realización del film,  en la que era imposible que uno de los dos bandos ganase:
“Extraño juego.El único movimiento para ganar es no jugar”

Curiosidades:
  • Las escenas que muestran la computadora Lightman marcar todos los números en Sunnyvale dio lugar a la expresión " guerra de marcación ", una técnica de utilizar un módem para leer la lista de números de teléfono a la búsqueda de equipos desconocidos, e indirectamente a la expresión más reciente " wardriving ".
  •   Aquí podeir ver un interesante artículo sobre Eurisko, "el ordenador que ganaba juegos de guerra"
    • La tecnología actual es capaz de superar con creces a la que vemos en "Juegos de guerra", estos son algunos ejemplos de ello:




      miércoles, 2 de febrero de 2011

      Yo, Robot

      Año: 2004
      Duración: 115 min.
      Director: Alex Proyas
      Guión: Jeff Vintar & Akiva Goldsman (Basada en varios relatos de Isaac Asimov)
      Reparto: Will Smith, Bridget Moynahan, Bruce Greenwood, Chi McBride, James Cromwell
      Tras el visionado de la película “Yo, Robot”, extraemos una serie de conclusiones.

                  En primer lugar, es importante hablar de los aspectos de la Inteligencia Artificial que aparecen en la película y que a día de hoy se pueden conseguir. Entre éstos destaca el reconocimiento de voz, apreciable a lo largo de todo el film ya sea por parte de los propios robots o por parte de aparatos electrónicos que se activan al reconocer la voz del humano. Los coches “auto-conducidos” es otra realidad que aparece en el film y con la que se está trabajando en la actualidad. Los hologramas que interactúan con los humanos, no es algo que esté muy extendido a día de hoy, pero se está investigando sobre ello y ya se pueden ver algunos ejemplos. Por otra parte, destacan los brazos “biónicos” o brazos electrónicos, implantes que se aplican en los humanos para reconstruir alguna parte del cuerpo dañada en un accidente o una situación similar.

                  Otro aspecto fundamental a analizar son aquellos elementos de la Inteligencia Artificial que aparecen en la película y que no se pueden solucionar a día de hoy. Entre éstos destaca la “extrema” autonomía de la que disponen los robots en la película, algo impensable en la actualidad. Hoy, se cuenta con robots los cuales pueden realizar acciones de forma muy lenta y con escasa autonomía, ya es bastante difícil que se mantengan en pie y anden como para que realicen actividades de forma más autónoma. Si se comparan los movimientos de los robots de la película (muy humanizados) con los robots que hay en el mercado actualmente, se aprecian evidentes diferencias en cuanto a la autonomía y la psicomotricidad de éstos.  Además en la actualidad los robots no son capaces de generar sentimientos y sentirse de una forma o de otra en función de la situación que vivan. Por otra parte el “núcleo positrónico” o gran ordenador central, Viki, que sale en la película es algo muy complejo que en la vida real es prácticamente imposible de llevar a cabo.


                  Respecto a las tecnologías que no tiene que ver con la Inteligencia Artificial que no son cotidianas hoy en día y que sí lo son en la película se puede destacar la reconstrucción de la piel: en la película se aprecia una escena en la que el protagonista, el detective Spooner, se echa un espray en la piel tras rozarse su brazo el cual tiene elementos electrónicos para su reconstrucción. Hoy en día, se conocen casos en los que se han llevado a cabo reconstrucciones de brazos mediante implantes, pero no hasta el punto de que sean electrónicos y que se pueda echar un espray para tapar los roces.

                  Por otro lado, en la película se echan de menos algunas tecnologías que serían deseables en el contexto de ésta. Entre ellas se puede hablar de algún tipo de sistema que permitiese apagar manualmente, de forma mecánica a cada robot, ya que como se observa en la película éstos se revelan y no se les puede desconectar de forma remota o virtual. En la película, la única forma de desconectarlos es destruyendo a Viki (el ordenador central), y no mediante algún sistema manual o mecánico.

                  Finalmente, la película “Yo, Robot”, plantea varias cuestiones morales que tiene que ver con la Inteligencia Artificial. Una de estas primeras cuestiones que se aprecian con facilidad es el tema de acusar a un robot de asesinato. Un asesinato implica que una persona mata a otra persona, pero en el caso de la película, ¿se podría considerar asesinato cuando un robot mata a un humano? Si es así, ¿de qué forma se condenará al robot?, ¿qué pena se le aplicará? En la misma película se plantea esta cuestión; hay un momento en el que se dice que el asesinato por parte del robot debería considerarse como un accidente laboral ya que el robot está defectuoso. Por otra parte, si se siguen construyendo robots e implantándoles sentimientos (como ocurre con el robot protagonista) ¿habría que hacer una legislación específica para estos o bastaría con las “tres leyes”* programadas en los robots?

      1.    Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
      2.    Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto si estas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley.
      3.    Un robot debe proteger su propia existencia mientras dicha protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.


                  Por otra parte, la sociedad que aparece representada en la película (Chicago, 2035), es una sociedad acomodada, que vive el día a día rodeada de robots que le facilitan sus acciones cotidianas.  No se sorprenden frente a los avances tecnológicos pues conviven con ellos constantemente.